Las Minas del Rey Salomón
King Solomon's Mines
Henry Rider Haggard
Anaya 2.002 (1.885)
Trad. Flora Casas
304 pags
A finales del siglo XIX las tierras de África, en parte inexploradas, ofrecían un escenario ideal para situar aventuras exóticas de final impredecible. Allí colocó Haggard a Allan Quatermain, el cazador de elefantes, enrolado en un erizado de dificultades en busca de las portentosas minas del rey Salomón. Una sucesión de peligros, ocasionados por la naturaleza, las fieras y los nativos -que no entienden la idolatría de los blancos por las piedras- se interpondrá en su camino. De todo ello surge una pregunta esencial: si la "civilización" materialista y obsesionada por el dinero no será en el fondo mas salvaje que esas tribus belicosas perdidas en el corazón de la selva.
Las Minas del Rey Salomón, es un realto de aventuras, mucho antes de que el influjo por lo africano salpicase las novelas de Tarzán, y muchas de las obras de Burroughs tienen una clara influencia en este libro.
Los héroes de las Minas, sin dejar de ser aventureros, tienen un toque de personajes de Verne, y están revestidos de una halo sobrenatural, que les va a permitir sobrevivir indemnes durante toda la aventura, mientras literalmente, miles de nativos (¡bah, son negros!) mueren en solo una de las batallas que se desarrollan en el libro. Allí todo parece exagerado: el desierto, el paso de las montañas heladas, la gran batalla....todo son pruebas terribles que mientras otros van cayendo, los tres héroes sobreviven a todo.
Lo verdaderamente sorprendente, es que lo que es propiamente, la visita a las Minas del Rey Salomón, queda despachada en una veintena de paginas, y al principio del libro, asistimos a prolijas descripciones que no tienen ningún interés. Por ejemplo, se describe el carro, el número de bueyes, las vacunas que les ponen a los bueyes, los costos, los tipos de bueyes que tiran del carro, y la acción del carro es despachada en un parrafo: nos comentan como han muerto algunos de los bueyes y ahí se acabó el carro. Algo así pasa con el objetivo principal del viaje queda justificado con unas paginas al final de libro.
Bueno, a pesar de las importantes lagunas que presenta, el libro vale menos de 10 €, es entretenido (sobre todo la subida y bajada de los senos de Saba), y pese a sus incoherencias, es un clásico que hay que leer.
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