02 septiembre 2008

Mundo sin Fin

Un Mundo sin Fin: La continuación de los Pilares de la Tierra.
World Without End
Ken Follet
Random House Mondadori 2.007 (EEUU 2.007)
Trad ANUVELA
1.179 pags.


Dieciséis años después de la publicación de Los pilares de la Tierra, Ken Follet vuelve al fascinante mundo de Kingsbridge para presentar a sus lectores una magnífica saga épica marcada por el amor, la guerra y la peste en Un mundo sin fin.
Los pilares de la Tierra narra los acontecimientos de la ciudad inglesa de Kingsbridge entre 1135 y 1174. Con Un mundo sin fin regresamos a Kingsbridge, pero 153 años después.El primer día de noviembre de 1327 cuatro niños escapan de la catedral de Kingsbridge para jugar en un bosque prohibido. Son, Gwenda, hija de un ladrón, Caris, una niña excepcional que quiere ser doctora y los hermanos Merthin y Ralph, el primero un genio con la cabeza llena de inventos y el segundo un tirano, cruel y vengativo. Allí en el bosque serán testigos de una pelea entre un caballero y dos soldados. Los soldados mueren y el caballero entierra un documento antes de ingresar en el monasterio de Kingsbridge para convertirse en monje el resto de su vida. El contenido de este documento secreto jugará un papel importante en varios momentos de la novela. Como adultos las vidas de estos cuatro niños se verán entrelazadas por la ambición, el amor, el odio y la venganza. Vivirán momentos de gran prosperidad y también de hambruna; años de guerra y años de peste. Caris, es la hija de un mercader de lana. De pequeña quería ser doctora, profesión prohibida a las mujeres en la Edad Media. Sin embargo, Caris no acepta ni esta ni ninguna otra prohibición. Estudia con una curandera y mantiene constantes enfrentamientos con la Iglesia. Su lucha por la independencia y su determinación a no someterse a ningún hombre pone constantemente en conflicto su amor por Merthin. Merthin, por su lado, comienza como aprendiz de carpintero y su gran talento le convierte en el mejor arquitecto de Kingsbridge. No acepta las restricciones y limitaciones de los que mandan en la ciudad. Cuando ve que no puede casarse con Caris ni realizar sus proyectos soñados decide viajar a Italia.


Desde el lanzamiento se mandan mensajes conflictivos, por un lado el autor parece que quiere dejar claro que no es la continuación de Los Pilares de la Tierra, éxito en ventas, sino una historia basada en la misma localidad, Kingsbridge, algunos años después, pero el editor patece claro que en la misma portada indica "la continuación de Los Pilares de la Tierra". To creo que desde que escribió una y otra novela, han cambiado las cosas, lo irregular de lo que he leído de Ken Follett, me hace suponer, que tiene unos cuantos "negros" a su servicio que le escriben integramente las novelas. Bueno, parece que Laejandro Dumas hacía lo mismo.
Si miramos un poco la historia que nos cuenta, nos encontramos que la longitud del relato es abusiva, de tal forma, qua algunos acontecimientos, se dan por duplicado. no hay una sola epidemia de peste, sino dos, la última deamás despachada de un plumazo, a Ralph lo condenan dos veces a muerte, y sin embargo, como máxima incoherencia lo nombran despues conde. Sin duda, dada la extensión del relato llega un momento que no saben lo que contar.
Por otro lado, si se hace una novela histórica, o se quiere hacer, no sólo es necesario un poco de rigor histórico en cuanto a la arquitectura y usos, sino en cuanto a los personajes, y de los personajes, ninguno se salva de una detallada observación. Así, Merthin: es imposible, que un carpintero medieval, sin que nadie le enseñe sepa hacer un puente de piedra. Caris, en un alarde de inteligencia y premonición, parece conocer la microbiología casi con 500 años de antelación, y sin estudios, sólo por intuición femenina. Wufric, el amado de Gwenda, chulea a su señor feudal, que no es más que el bueno de Ralph, y éste apenas puede hacerle nada.
A pesar de todo, en algunos momentos, la historia se hace algo interesante, quizás mas en la historia de Gwenda que en la de los otros. Sin embargo, adolece de dos defectos, para mí capitales, la gran extensión de páginas, para una história que no dá mas de sí, y el otro error capital: los personajes, claramente no son medievales, piensan y actúan como contemporáneos nuestros, sólo exepcionalmente recuerdan de "medievalizar" sus actitudes. En definitiva, un culebrón mas o menos aburrido.

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